Existe mucha evidencia científica respecto al ambiente, la alimentación, la salud emocional y física de la mujer que está gestando. Por consiguiente, la educación no inicia en una expulsión uterina, sino que se debe tener en cuenta mucho antes (gestación) e incluso el modo de ser concebido (si fue deseado o no ese feto).
Una de las cosas que tengo en cuenta, es que las estructuras biológicas y genéticas para materializar un cuerpo físico de feto dependen de muchos factores y uno de ellos es el ambiente.
¿Porqué hablo de todo esto? Es un tema que a las madres y padres de día nos está tocando sostener en la actualidad, llegan madres que han pasado por situaciones de violencia obstétrica en el hospital, otras familias que se ven afectadas por las medidas que se están tomando fuera de la evidencia científica.
¿Cómo afecta eso a nuestro trabajo?
Realmente la pregunta es ¿Cómo afecta eso a los bebés?
Nos vemos con pequeños (no todos) que son muy temerosos, están en estado de alarma o sueños entrecortados con lloros de terror. No quiero decir que esto no sucediera antes, más bien era menos probable y casos aislados. Actualmente es más abundante y de momento no hay estudios que demuestren esta estadística, pero si mucha evidencia científica habla de la necesidad del bien estar emocional de la madre para que el feto no tenga problemas. Con esto no quiero decir que todos los problemas fetales vengan de un mal estar emocional o físico de la madre, porque también está la herencia genética y variables que se puedan escapar de nuestro conocimiento o control. Pero si una gran parte y el porcentaje de la variable emocional es alto y bastante influyente.
Como madre de día, defensora de la infancia, creo que es muy importante poner foco no sólo en la fase de la crianza de 0 a 3 años, sino también en la gestación y sus factores.
Os animo a buscar más información al respecto del ambiente fetal, estado emocional maternal y desarrollo evolutivo del infante.